miércoles, 5 de diciembre de 2012

Salta

Cómo en aquella película en la que Meryl Streep saltaba en la cama junto a Julie Walters y Christine Baranski mientras cantaban esa famosa canción de Abba ... 


Hoy soy yo la que salta. 
 Hoy soy yo la que se sube a la cama y salta, o como se dice por aquí en el sur... hoy "me tiro al charco".  
Es el momento de apostar por lo que quieres, por aquello que te apetece, sin miedos, sin vergüenza, pero con ganas, con ánimo, con emoción.  Saltar y acariciar el cielo con las yemas de los dedos, saltar  y gritar, saltar y dejarse caer... ¿Suena bien no?  Disfrutando, eso sí, de ese pequeño trayecto que hay desde las alturas hasta el suelo, bendita fuerza de gravedad que en momentos de lo que yo llamo "éxtasis" nos devuelve a la realidad, todo hay que decirlo...   
Pero antes de saltar las dudas invaden mi mente: ¿Será mucho tiempo el que transcurre desde que se salta hasta  que se llega al suelo?¿Qué sentiré? ¿Libertad? ¿Quizá miedo? ¿Y si no me da tiempo a disfrutarlo?  y lo que más me preocupa de todo... Al caer ¿Dolerá? 
Me pregunto y no sé responderme.... Ni siquiera sé si seré capaz de dar el salto o si necesito a alguien que me empuje... pero es lo que realmente me preocupa es la caída. Cuando era niña y me tiraba por el tobogán siempre pensaba mucho en cómo caer,  y la verdad es que eso provocaba que los demás niños se quejaran porque tardaba mucho en tirarme...  pero es que no podía pensarlo en la cola porque me ponía tan nerviosa que no era capaz de pensar... Cuando llegaba mi turno siempre me paraba unos minutos antes a pensarlo y si  por alguna casualidad había pensado algo siempre se me olvidaba y tenía que volver a empezar. Agarraba fuerte la barra que hay colocada justo encima del tobogán (cuya función jamás entenderé) y me sentaba, entonces pensaba y me tiraba.  Han cambiado mucho las cosas pero hay algo que no ha cambiado y es que cuando me lanzo, sigo cerrando los ojos para poder sentir mejor el final, no importa si es bueno o malo, cerrando los ojos  se siente mejor. Al menos algo tengo claro, cada vez que salte también los cerraré.
 Pero volviendo a la última pregunta que me hacía... el dolor... el dolor que nos causa algo o alguien es algo que no podemos controlar... es algo que tampoco sabremos cuando llegará... es algo que nadie sabe cuando aparecerá. Será que hoy estoy positiva y que lo veo todo de otro color, pero no sé por qué tengo la sensación de que esta vez no dolerá. Y en caso de que esto ocurriera creo que tampoco  debo tener miedo, al fin y al cabo, ya lo dice aquella canción de Rosana que tanto me gusta escuchar en esos días en los que el mejor plan está en casa junto a esa vieja falda de camilla que te espera para darte calor… “Si te caes te levantas”.  E incluso pensándolo mejor no me importaría caerme como cayó Natalie Portman en la última actuación como Cisne Negro... 


















Hoy no me importa caer, hoy me tomo un Tequila y me pongo a saltar 













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