jueves, 31 de enero de 2013

"A Disfrutar"

Una llega a su casa positiva. Recién salida de un examen en el que la mitad de la teoría iba copiada de los apuntes, y la otra mitad...  ha sido un pinta y colorea;  unido, a que tan sólo he tenido 4 fallos en los test de la autoescuela,  una llega pletórica. Además, hoy es jueves.  

Pero resulta que no todo es de color rosa. Que llegas y la Cospe dice que está indignada. El diario EL PAÍS  publica esta mañana unos documentos en los que se recoge la contabilidad secreta del PP. Unos documentos escritos a bolígrafo, pero no de esos que se borran.  En estos, se reflejan registros de entradas de dinero (donativos de empresarios) y salidas  (pagos periódicos a miembros de la cúpula del partido y otros gastos de funcionamiento). Aparecen muchos nombres, cierto. Una lista que nada tiene que envidiar a las que hace Del Bosque;  y en la que el número 1 no es Iker Casillas sino Mariano Rajoy. 

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno Español. Ese señor al que no le tiemblan las manos, ese mismo que no da opción a preguntas en las ruedas de prensa; podría estar involucrado en una trama de corrupción política (presuntamente).   Y no, Cospedal no, los indignados ante tal noticia somos los españoles.   Indignados con una clase política ineficaz. Esto no es sólo por el PP. Es por todos. Y la solución, señor Cayo Lara, no son unas elecciones para que el vulvo les vote; ahora que PP y PSOE cuentan cada uno con su caso de corrupción... Porque está visto y comprobado, que no se puede poner la mano en el fuego por ninguno de ustedes. Que todos son iguales. Y que, montados en un tractor, como luchaba María Jiménez contra la piratería, han acabado con la credibilidad y la confianza, no sólo en el poder político sino también en la democracia. 

Y somos nosotros, repito, nosotros somos los que estamos indignados, los  mismos que deberíamos decir BASTA. Y poner fin a una clase política que recorta en todo menos en lo que tiene que recortar, una clase política que actúa de espaldas al pueblo, mandándose sobres. Y que no oye a un pueblo que grita. Y no, no me digan que los datos oficiales nos indican que los "manifestantes" son pocos, son perroflautas. Porque, al margen de todo eso,  yo les hablo de otros gritos. Les hablo de los casi 6 millones de gritos a las puertas del INEM, de los gritos de aquellos que se quedarán a estudiar en su misma ciudad, será que también "hemos becado por encima de nuestras posibilidades", y de aquellos gritos que se escuchan en los coches de camino a Urgencias.  Gritos ante la basura que tenemos por clase política. 
Y hablando de basura... 

rgonboz





¿Se han asomado a las calles de mi ciudad?








Y yo me pregunto, si no hay diálogo entre Lipassam y el Ayuntamiento de Sevilla, ¿Cómo va a haber diálogo entre el Gobierno y el pueblo? 

A mi me da que Mariano no ha comparecido porque cree que tan sólo es un mal sueño. Pero ya le digo yo que esto tiene más pinta de pesadilla. Si usted no tiene ganas de levantarse de la cama, imagine el resto de españoles... 

¿Y ahora qué? Que digo yo, que toda esta película podría acabar con la aparición de un Marius, como en Los Miserables ¿No?

Aunque sinceramente, me conformo con encontrarme a algún Jean Valjean de vez en cuando... 

Hoy decía un joven en el autobús que a él le gustaría vivir en una gran casa con mucho dinero y no tener que hacer nada. Así de simple.  Otro señor más mayor le contestaba que ese también era su sueño, pero que la vida es muy puta, y que eso no es para ellos, que ellos tienen que mamar. (Mamá yo solo transcribo lo que este señor dijo) . Lo cierto es que me llaman mucho la atención las conversaciones que se producen en los autobuses. No son grandes conversaciones, con ellas no se arregla el mundo como en las cafeterías o en las reuniones de la comunidad, pero tampoco son tan tristes como las de los ascensores. Tras esas palabras del señor más anciano me reincorporé en mi asiento, les miré y me sonrieron; acto seguido les dije: "Pues si en esa casa no me espera nadie cuando llegue, no quiero esa casa, ni ese dinero". Y, se hizo el silencio. 

Cuando me fui a bajar del autobús, el más jovencito me miró, me sonrío y me dijo: " A disfrutar"




miércoles, 30 de enero de 2013

Silencio, se vuela

30 de Enero. Día Mundial de la Paz


Cuando era pequeña, en mi colegio, todos los 30 de Enero salíamos al patio con un globo blanco, y mientras cantábamos canciones, soltábamos todos a la vez el globo, dejándolo volar. No importaba si el globo lo había lanzado uno de los peques que tan sólo contaba con 3 años, o si por el contrario, había sido uno de nuestros más veteranos profesores; porque al llegar al cielo, todos los globos se unían en uno, formando una piña que se alejaba empujada por el viento,  surcando el cielo sevillano que se había vestido  de ese azul que tanto le caracteriza.
 Dentro de los globos, cada uno de nosotros metía un mensaje. Se decía que eran "mensajes de Paz".


Hace exactamente 4 años que deje de lanzar mi globo. Y créanme cuándo les digo que lo echo de menos. Ya va siendo hora de recuperar viejas costumbres.


No tengo nada más que decir así que...
  

              




          

                    "Si lo que vas a decir no es más bello que el silencio no lo vayas a decir"





domingo, 20 de enero de 2013

"No me temblará la mano"

Dice el cura de mi barrio que un polvorón, no es un polvorón por su papel, sino por lo que lleva dentro.  ¡Ah!  ¡Y que el papel no se come!

Puede ser que la vida sea un polvorón, ¿Por qué no?  Y con los polvorones pasa como con los regalos, que vienen envuelto. Muchas veces nos entretenemos demasiado en quitar el papel con cuidado, olvidando que, lo importante está en el interior. Que la persona que te lo ha regalado, espera ver tu cara cuando veas el interior; y que, lo rico del polvorón ( a no ser que sea de Limón) está al quitar el plástico que lo envuelve.   Pero eso tampoco significa que tengamos que quitar el papel a toda prisa y partiéndolo. Ya sabéis que  uno solo merece hacerse añicos por reír o llorar;  no lo digo yo, lo dice Albert Espinosa. Quizás el secreto está en aquella frase que solía escuchar en mi cole: "sin prisa pero sin pausa" . 

Con este viento que hace, hoy vengo a hablarles de los temblores. Todos hemos temblado esta semana. Bueno, todos no,  Marino Rajoy no; ya lo dijo claramente: "No me temblará la mano..." . Es un chico afortunado. ¿Será por qué lleva guantes?

Pero yo les hablo de otro tipo de temblores. No de los temblores de piernas que me dan cuando le veo, sino de los temblores de manos. De esas veces en las que te miras las manos y ves que tiemblan solas.   Hablo de ese temblor de manos que te entra cuando le tiendes tu mano a alguien o viceversa ( y por viceversa no se entienda ningún concepto relacionado con Telecinco).
La vida transcurre deprisa, y son muchos los estrechones de manos que nos damos.  Tengo una teoría. Cuando le das tu mano a alguien sientes un calambre. Es una sensación extraña que invade tu cuerpo; una pequeña descarga eléctrica.  El calambre, puede tener dos motivos: uno, que haga que tu mano se pegue a la de la otra persona; llamémoslo "efecto superglub"  y dos, que suceda lo contrario, que la descarga sea tan fuerte que jamás os volváis a tocar.  Llamésmolo "efecto rosa-rojo" (puñetazo en el ojo)

¿Por qué? ¿ Por qué nos tiemblan las manos?

¿ Por qué nos tiemblan las manos cuando se las ofrecemos a los demás?

¿Por qué nos tiemblan las manos cuando nos las ofrecen?


Mi teoría ( se me llena la boca con ese "Mi", no me lo tengan en cuenta, tengo hambre) puede responder a dicha cuestiones. Volviendo a ejercer mi derecho amparado por la Constitución, derecho a  la libertad de expresión,  y siguiendo el criterio de relevancia pública y sin el uso de insultos (entiéndase por insulto, la intención humillar o vejar) diré que, porque tenemos miedo.  Porque, por experiencia,  alguna vez dimos la mano y, con gesto desordenado y desagradable nos quitaron la quitaron. O porque, pensamos que nuestras manos no son suaves y nos avergonzamos de cómo son. Pero la vida sigue, y todos no somos iguales, más que ante la ley... y bueno;  eso dejémoslo ahí. Tus manos y mis manos son diferentes, son especiales. Así que en vez de entretenerme intentando arreglar con fiso el papel del polvorón; voto por ponerle un abre fácil (pero de los de verdad) y salir, salir fuera y tender mi mano, con cada uno de sus cincos dedos y esas uñas, que prometo pintar para la ocasión.








miércoles, 16 de enero de 2013

Educa(me)

Ayer, una amiga me hizo dos preguntas mientras me grababa para un documental que me dejaron KO. Dos preguntas simples y sencillas relacionadas con la educación. Con una madre y un padre docentes, entenderán que mi mundo está muy ligado a este ámbito. Y por eso quería dedicarle el post de hoy a la educación; a los que mucho podrían responder con una frase que hace años se pronunciaba en mi colegio y que ahora, ha heredado mi hermano:  "claro, como es la hija de la profesora" . 

Mientras tanto, en Sevilla,  el  ministro Wert era recibido con pitos en el Hotel  Los Lebreros; pero no, no fueron pitos de los que se escuchan un domingo (bueno o un martes, o un miércoles, o el día que las televisiones decidan)  lanzados por los sevillistas  cuando los jugadores de dicho equipo se hospedan antes del partido...

Para seguir con esta semana educativa ( por llamarla de alguna manera) , hoy, miércoles, les contaré que Federico Mayor Zaragoza encabeza una nueva plataforma contra la reforma educativa que plantea el gobierno. Lo que me recuerda que "`¡Aquí hay dos bandos! ¡Dos bandos!" no lo digo yo, lo dice Federico García Lorca en Bodas de Sangre. 
 

Decidida a ejercer mi derecho a la libertad de expresión, amparado por el artículo 20.1 a de la Constitución Española le pregunto, señor Wert :

¿Por qué? ¿Por qué cada vez que un partido político llega al poder reforma la Educación? ¿Somos ciudadanos libres? ¿Somos leones o huevones?  En el primer caso,   podríamos decir  que  la educación  es tan esencial que debería estar por encima de ellos, de los que se hacen llamar gobernantes. Pero, se trata de establecer una jerarquía , sino de considerar a la educación como lo que realmente es: una actividad que nos forma como personas, y que  no solo nos prepara en el ámbito profesional, sino que también nos abre puertas en lo personal.  No podría imaginar que sería mi vida sin saber leer ni escribir. Hasta mi abuela, está descubriendo este maravilloso mundo de la cultura. Aprender a leer y escribir, con su edad es sin duda, para mí, motivo de orgullo y satisfacción. 
   Desde los 3 años recibes educación, y hasta los 16 es obligatoria. El primer día de clase lloras, y conforme te vas haciendo mayor llorarás cada comienzo de curso, por mucha cancioncita pegadiza y muchos corticoles que nos regale  el Corte Inglés.  Comienzas aprendiendo letras y números con "Glú glú, la esponja"  y acabas, si acabas, tirando cual película americana el gorrito en tu graduación; y aprendiendo, que los finales son principios.
 En mis tiempos (suena fatal, las dos décadas se están acumulando en mi espalda y eso no me gusta nada) a partir de 3º de ESO se elegían las optativas, aunque ya en 1º de ESO  también podías elegir si dar francés;  lo que vengo a decirles con esto, es que, si promovemos una educación especializada por ramas a tan tempranas edades, ¿Por qué a la hora de tomar decisiones y medidas en determinadas materias no las hacen expertos? Es decir ¿Por qué un ministro toma medidas en educación si no es profesor, o en su defecto, sin contar con estos?  Entonces ¿Cómo sabe cuales son las mejores reformas educativas? Él trabaja, bueno, en fin.. (aceptando pulpo como animal de compañía, me encanta esa frase) diré que  trabaja en su despacho con papeles, y, los profesores en las aulas, con los niños/adolescentes/ el "abuelo" del colegio que lleva repitiendo desde tiempos inmemoriales.
 ¿Por qué no se deja a los especialistas en el tema que ellos traten de resolver problemas? Para eso han estudiado ¿No?  Estaría bien que dejásemos que fuesen los profesores quienes apostarán por las reformas educativas en el caso de que hubiera que hacerlas ¿No? 5 Leyes educativas en 50 años. Ya está bien, las cosas se hacen bien o no se hacen.   Ellos son los que enseñan, los que cada día están en contacto con los alumnos. Ellos saben si enriquece o no, que niños y niñas estén una misma aula; ellos saben en qué materias se defienden mejor sus alumnos y en cuáles hace falta algún refuerzo; y no , no tiene que venir ningún informe PISA a contárselo.

 Querido Señor Wert ¿Por qué quiere separar a los niños y a las niñas?  ¿nunca estuvo enamorado de la guapo/a de su clase? Déjenos elegir, qué queremos.

Querido Señor Wert ¿Estuvo alguna vez en una reunión del Consejo Escolar? En caso negativo, vaya y quizá entenderá que hace lo imposible por el colegio como para que le recorte sus funciones.


Querido Señor Wert, su Iglesia y la mía, promueven valores como la tolerancia o el respeto. Entonces ¿Por qué? ¿Por qué obligar a dar religión en la enseñanza pública? La enseñanza pública es de todos. Y que conste, que muy orgullosa diré que soy creyente.

Querido Señor Wert ¿Por qué no pone su punto de mira en los padres de los alumnos? ¿Saben cuántos acuden a las reuniones del colegio? Pero sí, todos acuden a las fiestas organizadas por el mismo. ¿Por qué no concienciarlos a ellos de que la educación empieza en casa y se perfila en la escuela?

Querido Señor Wert, en cuánto a las Universidades recuerde que las tijeras mejor no sacarlas de las aulas de infantil.


Ay Señor Wert, señor Wert "se va a ve en un follón que no sabe ni donde sa metio"





lunes, 14 de enero de 2013

Las instantáneas son las mejores

"La cour du domaine du Gras" es la fotografía  permanente más antigua  que se conserva. Fue tomada por Joseph Nicéphore Niépce en 1826.










Pero no fue el primero que trató de captar un momento. Ya los hombres del Paleolítico captaban momentos pintando en las cuevas, y sinceramente, creo que esa, es tan solo una de las muchas similitudes entre ellos y nosotros, la sociedad del siglo XXI;  pero ese es otro tema, del que "si te portas bien"   hablaré en otro momento.  Porque, tras varios días en los que cada vez que me sentaba a escribir, la inspiración, y el Wifi, se iban... ( es lo que tiene tener  el último cuarto del Palacio de Buckingham) aquí está, al fin, el post de hoy.   Y todo gracias a la mención de mi profesora de Historia del Periodismo ( e ídola) del fotógrafo Robert Capa.

Siempre me ha gustado la fotografía. Admiro la capacidad que tienen esos artistas. Capacidad mediante la  que captan momentos. Cualquier momento puede ser captado. Y con ello, hacen bonito lo cotidiano; y cotidiano lo bonito.   Son momentos graciosos, momentos románticos, momentos tristes... momentos. Pero lo cierto es, que buscando fotografías, me he dado cuenta de la capacidad que tiene el ser humano para captar momentos.

J. Covart
¿Acaso no hemos captado alguna vez una sonrisa después de una caricia?  Jeremy Covart lo hizo.










R. Capa







 Seguro que muchos de ustedes han captado esta imagen ... Como mínimo,  en sus mejores  sueños...










        Y es que, en el fondo, todos somos fotógrafos de nuestra vida

Tengo una amiga que dice que "las instantáneas son las mejores". Y creo que tiene razón. Por mucho que lo intentemos, siempre habrá momentos del día que al día siguiente no recordaremos. Muchas veces, en los trayectos de bus que suelo hacer ( que hago muchos) trato de recordar qué hice el día anterior. Pero por mucho que me empeñe hay momentos que no consigo recordar, momentos que caerán en el olvido y ahí, se quedarán.
 Es, como si tuviéramos una mesita, con dos cajones, en la que cada noche depositamos nuestras fotografías del día. No importa si el día ha sido bueno o malo. Si lo has pasado entero en una biblioteca entre risas producidas por la palabra "titi" o, si ni siquiera te has levantado de la cama.  El cajón de arriba cuenta con una cerradura parecida a la que sale en la película de Peter Pan; y se abre con la llave que llevamos colgada del cuello;  pero el cajón de abajo, no tiene llave; sino una pequeña abertura en su parte superior, por la que entran las fotografías, que  no saldrán jamás.

En nuestras manos está seleccionar, cada noche, qué fotografías queremos guardar.

lunes, 7 de enero de 2013

La lectora sabe

Sus Majestades los Reyes de Oriente a sabiendas de que este año no he sido tan buena, me han dejado encima de la mesa que tanto odio limpiar los jueves por la mañana un Ebook. Es un poco más grande que la palma de mi mano y tiene una funda rosa que lo protege. Es "muy yo" en todos los sentidos. Con ese regalo me he sentido como cuando la Bestia le regala a la Bella la impresionante biblioteca del castillo... montañas de libros solo para ella, solo para mí.  


¿Impresionante verdad?


A veces la gente me pregunta por qué me gusta tanto leer. Y hoy vengo dispuesta a contarles la verdad. 
La lectura me apasiona. Me transporta a un mundo que no es el mío, y aunque esté en la cama leyendo o sentada en un sofá, cuando cojo un libro soy capaz de viajar mucho más allá. 
Recuerdo con gran cariño los primeros libros que me leí, desde entonces me declaro fan número 1 de  Manolito Gafotas, que actualmente estoy acabando.  Pero hay uno que con tan solo 10 años me cautivó. Recuerdo su título: "Otto es un rinoceronte" y recuerdo aquella portada morada que apenas se veía en la biblioteca de mi colegio. Era una biblioteca pequeña situada en la esquina de la clase que apenas nadie visitaba salvo cuando era obligatorio.  La historia de aquel libro morado y blanco, cuya editorial me hacía mucha gracia ( Alfaguara... para mí Alfaguarra) era simplemente perfecta. Tenía aventuras, comicidad y por supuesto algo de  amor.  Recuerdo como si fuera ayer como mi madre se metía en mi cama y me contaba las aventuras de aquel pequeño niño que pintaba rinocerontes en la pared; aunque yo sé que a ella le gustaba más leer Cipi, pues siempre insisitía. Aquel libro del pajarito también me enseñó mucho, tanto me gustó que tras ese acabé leyendo "Juan Salvador Gaviota" pero eso es una historia que otro día les contaré. 


Sí, soy de las que se baja un libro a la playa y se pone el mundo por montera, de las que se acuesta algo más tarde porque "me faltan 2 paginitas para acabar el capítulo" y de las que tienen una "mini" luz que se ajusta al libro para poder leer en la oscuridad. Porque cuando leo, dejo de ser yo para ser uno más del libro. Y, sí, soy de las que sueña, mientras lee, que quizás algún día,en algún lugar de este pequeño planeta alguien leerá líneas escritas por mí y romperá a llorar o a reír,  pues, como bien una vez leí en un libro: "Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos" 

En un libro encontrarás frases que te llenan, que aparecen justo cuando más las necesitas, historias que quizás algún día te pasen a ti o historias que te encantará soñar. Porque en un libro hay personajes buenos y malos,  con los que disfrutar y personajes a los que incluso podrás odiar. Personajes  de los que te podrás enamorar. Porque en un libro te encontrarás. 

Y para acabar esta entrada, que me está quedando "demasiado tqm," (tengo un amigo que dice que vomito azúcar y sí, me encanta) les dejo un pequeño fragmento que encontré una vez en un tablón de tuenti: 

"Sal con alguien que se gasta todo su dinero en libros y no en ropa, y que tiene problemas de espacio en el clóset porque ha comprado demasiados. Invita a salir a una chica que tiene una lista de libros por leer y que desde los doce años ha tenido una tarjeta de suscripción a una biblioteca.
Encuentra una chica que lee. Sabrás que es una ávida lectora porque en su maleta siempre llevará un libro que aún no ha comenzado a leer. Es la que siempre mira amorosamente los estantes de las librerías, la que grita en silencio cuando encuentra el libro que quería. ¿Ves a esa chica un tanto extraña oliendo las páginas de un libro viejo en una librería de segunda mano? Es la lectora. Nunca puede resistirse a oler las páginas de un libro, y más si están amarillas.
Es la chica que está sentada en el café del final de la calle, leyendo mientras espera. Si le echas una mirada a su taza, la crema deslactosada ha adquirido una textura un tanto natosa y flota encima del café porque ella está absorta en la lectura, perdida en el mundo que el autor ha creado. Siéntate a su lado. Es posible que te eche una mirada llena de indignación porque la mayoría de las lectoras odian ser interrumpidas. Pregúntale si le ha gustado el libro que tiene entre las manos.
Invítala a otra taza de café y dile qué opinas de Murakami. Averigua si fue capaz de terminar el primer capítulo de Fellowship y sé consciente de que si te dice que entendió el Ulises de 
Joyce lo hace solo para parecer inteligente. Pregúntale si le encanta Alicia o si quisiera ser ella.
Es fácil salir con una chica que lee. Regálale libros en su cumpleaños, de Navidad y en cada aniversario. Dale un regalo de palabras, bien sea en poesía o en una canción. Dale a Neruda, a Pound, a Sexton, a Cummings y hazle saber que entiendes que las palabras son amor. Comprende que ella es consciente de la diferencia entre realidad y ficción pero que de todas maneras va a buscar que su vida se asemeje a su libro favorito. No será culpa tuya si lo hace.
Por lo menos tiene que intentarlo.
Miéntele, si entiende de sintaxis también comprenderá tu necesidad de mentirle. Detrás de las palabras hay otras cosas: motivación, valor, matiz, diálogo; no será el fin del mundo.
Fállale. La lectora sabe que el fracaso lleva al clímax y que todo tiene un final, pero también entiende que siempre existe la posibilidad de escribirle una segunda parte a la historia y que se puede volver a empezar una y otra vez y aun así seguir siendo el héroe. También es consciente de que durante la vida habrá que toparse con uno o dos villanos.
¿Por qué tener miedo de lo que no eres? Las chicas que leen saben que las personas maduran, lo mismo que los personajes de un cuento o una novela, excepción hecha de los protagonistas de la saga Crepúsculo.
Si te llegas a encontrar una chica que lee mantenla cerca, y cuando a las dos de la mañana la pilles llorando y abrazando el libro contra su pecho, prepárale una taza de té y consiéntela. Es probable que la pierdas durante un par de horas pero siempre va a regresar a ti. Hablará de los protagonistas del libro como si fueran reales y es que, por un tiempo, siempre lo son.
Le propondrás matrimonio durante un viaje en globo o en medio de un concierto de rock, o quizás formularás la pregunta por absoluta casualidad la próxima vez que se enferme; puede que hasta sea por Skype.
Sonreirás con tal fuerza que te preguntarás por qué tu corazón no ha estallado todavía haciendo que la sangre ruede por tu pecho. Escribirás la historia de ustedes, tendrán hijos con nombres extraños y gustos aún más raros. Ella les leerá a tus hijos The Cat in the Hat y Aslan, e incluso puede que lo haga el mismo día. Caminarán juntos los inviernos de la vejez y ella recitará los poemas de Keats en un susurro mientras tú sacudes la nieve de tus botas.
Sal con una chica que lee porque te lo mereces. Te mereces una mujer capaz de darte la vida más colorida que puedas imaginar. Si solo tienes para darle monotonía, horas trilladas y propuestas a medio cocinar, te vendrá mejor estar solo. Pero si quieres el mundo y los mundos que hay más allá, invita a salir a una chica que lee."
O mejor aún, que escriba"

viernes, 4 de enero de 2013

Carmen


La Navidad se ha ido. Como se fueron los 49.933 españoles a Alemania para encontrar trabajo. Y ayer justo cuando me iba, tras haber pasado una tarde en Belén, vino mi amiga Carmen a darme un beso. Carmen  es una de mis nuevas amigas, no recuerdo bien cuantos años tiene ( pero no llega a los 12) , es morena, cariñosa y muy risueña.  Ayer me aguantó durante 6 horas seguidas, no se separó de mí en ningún instante, y hasta fuimos juntas al baño;  es lo que tenemos las tías,  que vamos juntas al baño ¿Para qué? Para hablar de ti ( esa es la respuesta que a todo hombre le gustaría escuchar cuando formula esa pregunta).  
Siguiendo con la historia de Carmen, les contaré, que cuando ya nos habíamos despedido, volvió a aparecer, me dio un beso y se fue. Hubo quien, alrededor mía, no lo entendió, pero fue entonces cuando  comprendí lo importante que ella había sido para mí. Se ha convertido no solo en mi amiga, sino en mi invisible número 4. Y sobre todo comprendí que, durante 6 horas, había dejado de ser adulta para convertirme en lo que realmente soy, en mí. Durante 6 horas jugamos a ser Madre e hija, bailamos, gritamos como si fuésemos vendedoras de legumbres y repasamos, una vez más, la carta que habíamos mandado a los Reyes Magos. 

Entendí entonces porque aquel chico de mallas verdes no quería crecer. Yo tampoco. He intentado recordar en qué momento decidí "hacerme mayor". Pero por más que lo he intentado no consigo dar con él. Creo que ese recuerdo no existe, pues pensándolo bien,  no he dejado de soñar con príncipes azules,  tampoco he dejado de ver películas Disney y por supuesto este año también escribí mi carta a sus Majestades de Oriente. Quizás es que no he crecido, pero ya hace casi 10 años que en mi tarta de cumpleaños van dos cifras... Entonces ¿Donde está el límite? ¿Quién o qué haces que seas mayor? Debería haber un señor con barba y anteojos que lo dijera. Lo de la barba es porque los señores con barba suelen ser por excelencia, sabios; y lo de los anteojos es una manía que tenemos los miópes de ponerle gafas a quien no tiene, porque quien no usa gafa siempre dice que  "le encantaría usarlas". Debería ser un señor parecido a Dumbledore, y así arreglaría uno de los mayores problemas de mi vida: saber dónde comer. Es que en mis reuniones familiares, se  ponen dos mesas:  una para los chicos y otra para los mayores;  pero los que estamos en medio , como yo, nunca sabemos cuál es la nuestra. Y me ahorraré mi valoración acerca de en cuál de las dos me lo paso mejor porque "hay juguetes preescolares delante". 


Lo cierto es que aunque en Mercadona hayan dejado de pedirme el DNI para comprar alcohol, en días como hoy ( y en el resto también, sino mentiría) me siento una niña.  Sus Majestades los Reyes de Oriente se están acercando. ¿Acaso no oyes las pisadas de los camellos que vienen cargados con regalos?
En mi ciudad, Sevilla, esta tarde el Heraldo Real le pedirá al Señor alcalde la llave de la ciudad para que mañana, los Reyes Magos, vengan a traer regalos a aquellos que se hayan portado bien. En días así, los sevillanos salen a la calle agarrados de la mano de aquellos que apenas miden un metro y se hacen hueco para pedir algún que otro caramelo. Como mi Carmen.



¡Qué ilusión! Tan solo faltan 24 horas para que los Reyes lleguen a mi casa. No se me puede olvidar abrir la terraza,  poner mañana por la noche un cubo de agua para los camellos... y para los Reyes, dejaré algún que otro bombóm... Vale, también un poquito de coñac que sé que les gusta.













Quizás mi madre tiene razón cuando dice "Somos mayores para lo que nos interesa". Pero aunque siga cumpliendo años y teniendo responsabilidades de persona mayor, aunque vaya a la Universidad sola cada mañana y ya no tengan que darme la mano para cruzar por el paso de cebra; juro que nunca jamás
                                                                                                                                          Voy a crecer 






miércoles, 2 de enero de 2013

El destino, ese gran desconocido


Feliz  2013 

Año nuevo, post nuevo, vida nueva. Todo es nuevo. Es nuevo el calendario y son nuevas las ganas que todos tenemos de hacer cosas. Y la verdad necesitaría unos pies nuevos después de la fiesta de anoche...  Son nuevas las sonrisas con las que deseamos feliz año nuevo a los nuestros; vivimos en estos días "nuestra primera vez".  La primera vez que hacemos algo nunca se olvida, no importa si sale mal o no. Yo me siento como si estrenase un vestido nuevo recién comprado en ZARA y haciendo un poco más rico a Amancio Ortega, menos mal que luego lo dona ¿No?

 Seamos sinceros, somos muchos los que hemos empezado a vivir hoy el 2013. Tengo un amigo que el día 1  de camino a comer churros, contó que le daba coraje volver por la mañana a su casa tras una noche de juerga... creo que es porque así parece que el día anterior no ha pasado, y por tanto estamos en el día siguiente, pero aún no lo sabemos; y además como tendremos que dormir no nos dará tiempo a disfrutarlo. Grandes reflexiones las que se hacen camino de la churrería.
Todo esto lo pensaba yo anoche, bueno no sé si era de noche, la verdad es que me pase todo el día en la cama y no me levante si quiera a correr... las cortinas.  La cuestión es que ayer básicamente hice poco pero pensé bastante. Sí, yo pensando, es lo que tiene el año nuevo que aparecen nuevas habilidades...

 Después de haber revisado todas y cada una de las fotos de la noche anterior para ver lo guapa que había ido y cómo había acabado (más guapa aún) , y tras haber leído algún que otro tweet que me inspiró;  me di cuenta de que acaba de comenzar un año. Por delante 364 días que sin ninguna duda vendrían cargados muchas cosas. Por lo pronto vienen los Reyes ( y yo con estos pelos y sin carta), los exámenes y por supuesto hay algo que sé que sin duda marcará mi 2013 para siempre: Jesucristo Superstar. Sin embargo, me asusta más lo que  no sé qué ocurrirá y me pregunto si el destino actuará por mí o somos nosotros los que tenemos que movernos. La palabra destino siempre me ha llamado la atención. No sé muy bien de donde procede porque yo soy de sociales ( la que vale, vale) pero acudiendo a la RAE he encontrado que se define como "la circunstancia de serle favorable o adversa esta supuesta manera de ocurrir los sucesos a alguien o a algo". 
Es una fuerza desconocida que hace que pasen determinadas cosas. Pero yo me pregunto, si esto es así... entonces ¿Nosotros qué pintamos aquí?  ¿ Esto no era un libro que rellenar? 
 Les pondré un ejemplo: Estados Unidos llevaba días intentando llegar a un acuerdo para evitar el abismo fiscal,  tranquilos ya pueden respirar, han llegado a un acuerdo y el mundo está en PAZ... pero ese es otro tema del que no vamos a hablar. Volviendo al destino mis preguntas, señoría,  son: ¿Se ha salvado gracias al acuerdo? O ¿Existe una fuerza predeterminada,  y por tanto se habría evitado el abismo fiscal porque estaba escrito? 

Todo esto, por raro que pueda parecer,  me recuerda a una frase que escuché en el Hormiguero hace mucho tiempo:  " La mujer, ese gran desconocido" y ahora que lo pienso creo que el guionista se equivoca, seremos muy nuestras pero la frase correcta sería

                                           " El destino, ese gran desconocido"


Mi desesperación por no saber qué hacer con mi vida, por  no saber si depende de mí o de alguien que mueve mis hilos y sobre todo la sensación de melancolía que me invadía anoche tras este 2012, me hizo, en primer lugar escuchar  canciones de Melendi, que dicho sea de paso parecen estar escritas para mí. Incluso acudí a los horóscopos. No creo en ellos, pero bueno tampoco creo en todo lo que pone en el periódico y lo sigo leyendo cada día... Lo cierto es que tampoco ellos tenían la solución (como decía Benito en aquellos tiempos en los que Antena 3 apenas tenía anuncios y echaba Manos a la obra )"a lo mío" y pensé en llamar a Rappel pero eso sería "llamar por encima de mis posibilidades" .

Quizás pensándolo  o quizás cayendo en la desolación,  he llegado a una conclusión:  mejor no quiero saber si lo que ocurre es por culpa del destino, porque en caso afirmativo tendría que discutir con él y arreglar cuentas por tener un pasado que no me gusta, y sinceramente para discutir, discuto con mi madre por no dejarme entrar en su vestidor para robarle la ropa.

Que hoy y ahora  prefiero tomar mi estuche de lápices de colores que lleva por título "que me quiten lo bailao"  y colorear este pequeño libro que hoy que estreno, llamado 2013.  No soy supersticiosa y eso son puntos a favor, además el día 2 de este libro se pintará de color rojo, mi color favorito. Creo que no tengo nada más que decir.