sábado, 8 de diciembre de 2012

Cosas pequeñitas

En una mañana en la que se me amontonan los trabajos que debo entregar en la facultad no se me ocurre otra cosa que abrir el Facebook. Y tras observar las novedades de los "amigos" (seamos sinceros no todos los que están ahí son mis amigos... de hecho creo que incluso alguno me cae mal... ) he visto una página titulada "Microcuentos". Soy fan de esas pequeñas historias que en tan solo una línea dicen mucho más de lo que cualquier periodista de algún periódico de "cuyo nombre no me quiero acordar" (Gran Sabio este Cervantes)  ha dicho alguna vez.
Cómo iba diciendo, en esta mañana de sábado en la que me apetece todo menos trabajar, me puse a leer microcuentos. Me apasionan cada uno de ellos, más  por su forma que por su contenido aunque también más por su contenido que por su forma. Sí, mi mundo es una controversia... "Un esperpento" como diría Don Latino de Híspalis en la vieja Taberna de Picalagartos... a la que por cierto echo de menos. Lo cierto es   que pensar en microcuentos, y a través de un proceso mental que desconozco porque deje de estudiar ciencias en 3 de ESO,  he llegado  a la conclusión de que son las cosas pequeñas por las que merece la pena seguir aquí, y como bien decía Raquel Martos en su blog: "Decirles a los mayas que esperen un poco, que nos dejen cinco minutitos más, que estar aquí quizás valga la pena…"

Es esa entrada de cine que guardas en la cartera la que hace que recuerdes la primera vez que fuiste al cine con él y todo lo que pasó. Es esa pulsera que llevas la que hace que te recuerde que "estés donde estés" está contigo, o ese pequeño momento en el que te quedas a solas con alguien al que conoces poco y se queda todo en silencio... ¿Qué momento verdad? Es ese pequeño mensaje de texto que alguien te manda tras haber pasado el día contigo el que hace que vuelvas a casa mucho más contento, o ese pequeño miembro (no diré miembra pese a lo que diga Bibiana Aído) nuevo que entra en la familia y hace que todo el mundo se vuelva más cariñoso, más bebé...  sino, que se lo pregunten los vecinos de Froxan que llevaban casi treinta años(27 para ser exactos)  esperando un bebé. Y es,  y quien lo ha tenido lo sabe, el pequeño beso de una madre antes de dormir el que hace que duermas mejor.

Son cosas pequeñas que nos hacen grandes, son grandes cosas que parecen pequeñas.

Y aunque no me pregunten les contaré que yo también tengo mis momentos preferidos pequeños (parece que hablo como una niña pequeña, valga la redundancia) Soy fan de una pequeña palabra que dice una amiga:  "Fabuloso",  tan solo 8 letras que me fascinan. Soy fan de esos "Buenos días" acompañados de una pequeña sonrisa y una mirada de complicidad, fan por supuesto, de mi pequeño libreto en el que suelo apuntar cosas cuando viene la inspiración... Me encanta ese pequeño café que me prepara mi padre mientras estudio,  y me gusta muchísimo esa pequeña mesita de noche que tiene mi madre en su habitación y en cuyos cajones puedo encontrar maravillas... Admiro el momento en el que alguien se hace una foto, un pequeño instante que vale mucho más de lo crees... como admiro a Peter Pan, ese pequeño que no quería crecer. Soy partidaria de los paseos en bici, pequeños por supuesto porque yo y el deporte no nos llevamos bien, al igual que de los pequeños baños en el mar; partidaria de los bombones tras la cena, de ese ejercicio de teatro en el que nos tenemos que decir cosas al oído, y partidaria de tus besos.    Me encantan las cosas pequeñitas, me encanta esta canción:






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