jueves, 27 de diciembre de 2012

Goodbye my lover

A pocos días de que se acabe el 2012 creo que es el momento de despojarse de aquello que hemos vivido. Es hora de quitarse lentamente la ropa, desnudar el alma y decir adiós a otro año que se va.
Ha sido un año duro, difícil, un año como no marcado por la crisis. Creo incluso que después de estos doce meses hasta le hemos cogido el gusto a esa palabra. Apuesto el cuello (y créanme que el cuello es de las pocas partes de mi cuerpo que me gustan) que nadie se acuesta un solo día sin haber pronunciado como mínimo esa palabra.... Hagan la prueba.

Pero creo que no es momento de pensar en lo que se nos viene encima... por lo pronto la luz sube y eso a mi padre le encanta porque podrá repetir (un poco más) esa frase que tanto le gusta: "¿Aquí que pasa que somos familia de Endesa?"
Como iba diciendo, creo que no es momento de eso, creo que mejor será que nos despidamos con un juego del 2012, en cierto modo, él ha jugado con nosotros... Por jugar la Selección Española ha jugado y ganado muchos partidos ¡Y de qué manera! Por jugar, jugó nuestro presidente con sus palabras "no entraré en debates nominalistas", por jugar juego hasta yo a "ser periodista" con este blog...


Recuerdo un ejercicio de teatro que hice hace varios meses. En él imaginábamos que estábamos en un camerino y poco a poco nos desvestíamos para dejar de ser nosotros y convertirnos en nuestros personajes. Con permiso de aquella  que me enseñó este juego,  podríamos usarlo ahora, aunque adaptándolo al momento.
Propongo cerrar los ojos, propongo desvestirnos lentamente, quitarnos la chaqueta, la camisa, los pantalones o la falda; quitarnos los zapatos y soltarnos la melena. Pero antes de despojarnos de todo, propongo como en aquel juego, coger algo especial para nosotros, algo que no se vea por fuera, algo que se lleve dentro. Algo INVISIBLE. Y así, cuando empecemos  poco a poco a volver a vestirnos, "esa cosita" vendrá con nosotros... Despojarnos del 2012 y ser nuevos para 2013. Seremos nosotros mismos. sí y sino ya se encargará "esa cosita" de recordarnos quienes somos  y a donde vamos. Propongo incluso hacer una maleta y en ella meter aquella lista que tanto nos encanta hacer con los propósitos de año nuevo que jamás cumpliremos... o sí. No se trata de olvidar, se trata de aprender a mejorar. Son 365 días los que vienen, días y noches. ¿No te mueres de ganas de empezar?

Se acaba el 2012, y propongo coger nuestra camiseta favorita combinarla con aquellos pantalones especiales; y tras habernos colocado bien los calcetines abrigarnos los pies con unas buenas botas, para pisar fuerte. Botas que al pisar charcos no nos entre el agua pero si salpique. Yo incluso creo que me plancharé el pelo para no parecer el Rey León al recibir el año... ¡Ah!Y quien quiera puede pintarse los labios de rojo, para morder el mundo y dejar marca...

2012, no puedes irte sin que te demos las gracias... ¿Porqué? A mí por muchas cosas, por muchos momentos y porque sé que lo mejor está por llegar.


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