lunes, 4 de junio de 2012

detalles

Se acabaron. Se acabaron aquellas cenas de noche buena en las que me  sentaba a tu lado solo para que me pelaras las gambas, aquellas navidades en las que venías a mí con un billete entre los dedos y decías: "los aguinaldos, pero no se lo digas a nadie", me guiñabas un ojo y te ibas sin que nadie se diese cuenta de lo que acababa de ocurrir. Se acabaron aquellas tardes en la charquita, junto a aquella mujer que tenía un sombrero de colores, a modo de paragüas... creo que se llamaba Paquita. Ella se fue hace mucho. También la echamos de menos.  Se acabaron aquellas sonrisas al verme acompañado de ese " cada día estás mas guapa" que me subía tanto la moral. Se acabaron esos viajes en los "amarillos". Esos pequeños veranos en los que me llevabas a las "cunitas"... como me gustaban esos ponis y aquellas camas elásticas en las que " me reía más que una marmota en un látigo". Te solía ver poquito a lo largo del año, sí, pero sabía que estabsa bien... tenías tu vida allí, eras independiente, y tirabas de los demás cuando nos faltaban fuerzas. Has cuidado siempre de la abuela, como si fuera tu hermana, y siempre la acompañabas a meter los pies en el agua fría de Chipiona. Siempre creemos que hay determinadas cosas en las vidas que a nosotros no nos van a pasar, pero no, no es así. Ninguno estamos a salvo de nada.
Imagina que sería que un día despertaras y no recordaras nada. Imagina que encima los médicos dijeran que no hay vuelta atrás... se me va la esperanza con solo pensar lo que podría pasar... y sí, consecuentemente se me inundan los ojos... pero... luego, pienso en lo fuerte que has sido siempre, y una llama ilumina mi corazón. Ójala.

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