Aquella noche dormimos juntos, abrazados, podía sentir su respiración en mi boca, y los latidos de su corazón en mi pecho. No sabría si aquello duraría para siempre, pero nada de eso importaba ahora. Me había propuesto vivir el momento, y disfrutar cada segundo como si fuera el último. A partir de ahora no soñaría contigo, sino que dormiría contigo
No hay comentarios:
Publicar un comentario