-Depende de las personas, mi padre era uno de esos, era capaz de hacerme hacer cualquier cosa, me comprendía, sabía cómo tratarme, y yo caía como una tonta, y le decía siempre siempre siempre siempre que sí.
-Entonces todos esos tesoros que escondes, esa concha, ese cofre secreto hay un modo de abrirlo y que diga siempre que si
- Es más fácil de lo que tú piensas, basta con tener la llave adecuada
-y ¿Dónde está esa llave?
-Sólo el cielo lo sabe
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